Patrona de las Islas Canarias
Fiesta 2 de febrero
Breve historia de la advocación
La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria tiene su origen en la isla de Tenerife del Archipiélago Canario (España). Desde 1599 es Patrona de todo el Archipiélago. Su etimología deriva de candelero o candela que se refiere a la luz: la luz santa que guía hacia el buen camino y la redención y aviva la fe. Es la fiesta litúrgica que celebra la Iglesia evocando la presentación del Señor en el Templo. La Virgen lleva en su mano una vela y en la otra sostiene al Niño, que aprisiona entre sus manos, un pajarito de oro, símbolo de las tórtolas que la madre estaba obligada a entregar según la Ley de Moisés.
Desde el siglo V se difunde la costumbre de bendecir las candelas a las que se les atribuye valor para acompañar las oraciones en momentos de dificultad.
El Papa Sergio I (687-701), de origen sirio, la comienza a celebrar en Roma el 2 de febrero, justo cuarenta días después de Navidad haciendo una procesión desde la Iglesia de San Adrián hasta la Basílica de Santa María la Mayor.
De la mano de los evangelizadores se extendió por todo el continente la devoción a este título mariano y se la celebra en toda América.
Desde el siglo V se difunde la costumbre de bendecir las candelas a las que se les atribuye valor para acompañar las oraciones en momentos de dificultad.
El Papa Sergio I (687-701), de origen sirio, la comienza a celebrar en Roma el 2 de febrero, justo cuarenta días después de Navidad haciendo una procesión desde la Iglesia de San Adrián hasta la Basílica de Santa María la Mayor.
De la mano de los evangelizadores se extendió por todo el continente la devoción a este título mariano y se la celebra en toda América.
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Oraciones
Oración a Nuestra Señora de la Candelaria
Nuestra Señora de la Candelaria, Madre de la Luz, un día en el Templo nos mostraste a Jesús nuestro salvador . Hoy venimos a vos, nosotros que muchas veces caminamos en tinieblas, porque sabemos que seguimos mostrándolo a todo hombre que abre su corazón.Danos la luz de la Fe que nos ayude a seguir los pasos de tu Hijo.Danos la luz de la Esperanza para vivir el Evangelio a pesar de las dificultades.Danos la luz del Amor para reconocer y servir a Cristo que vive en los hermanos.Danos la luz de la Verdad para descubrir el mal que nos esclaviza y rechazarlo.Danos la luz de la Alegría para ser testigos de la Vida nueva que Dios nos ofrece.Madre buena de la Luz, tomanos de la mano, ilumina nuestro camino, mostranos a Jesús.
(Presentar las intenciones particulares)
(Presentar las intenciones particulares)
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
¡Nuestra Señora de la Candelaria, ruega por nosotros!
Oración para encender las candelas
Luego de encender la vela nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la Cruz y después de rezar un Padre Nuestro, le pedimos a María Santísima su ayuda diciendo:
Nuestra Señora de la Candelaria,
Madre de Cristo y Señora de la Luz.
Ilumina nuestras vidas con la Luz de Cristo
para que abandonando todo aquello
que no es bueno y que nos aleja de Dios
vivamos como hijos de la luz.
Te pedimos que la luz de Cristo ilumine mi casa y mi familia,
y que intercedas ante Dios para que nos
conceda la gracia que hoy te pedimos,
en la esperanza y en la caridad.
Te lo pedimos con confianza porque sabemos
de tu amor sin límites por Jesús y por nosotros.
Amén.
¡Nuestra Señora de la Candelaria, ruega por nosotros!
Oración para encender las candelas
Luego de encender la vela nos ponemos en presencia de Dios haciendo la señal de la Cruz y después de rezar un Padre Nuestro, le pedimos a María Santísima su ayuda diciendo:
Nuestra Señora de la Candelaria,
Madre de Cristo y Señora de la Luz.
Ilumina nuestras vidas con la Luz de Cristo
para que abandonando todo aquello
que no es bueno y que nos aleja de Dios
vivamos como hijos de la luz.
Te pedimos que la luz de Cristo ilumine mi casa y mi familia,
y que intercedas ante Dios para que nos
conceda la gracia que hoy te pedimos,
en la esperanza y en la caridad.
Te lo pedimos con confianza porque sabemos
de tu amor sin límites por Jesús y por nosotros.
Amén.