NUESTRA SEÑORA de LOURDES

Patrona de los enfermos,
y de la Diócesis de San Martín, Argentina
Fiesta 11 de febrero

Breve historia de la advocación

Tiene su origen en la villa francesa de Lourdes, a orillas del río Gave. Lo que sabemos de las apariciones y del mensaje de Lourdes nos ha llegado por Bernadette (Bernardita) Soubirous la única que vio.
Nació en el molino de Boly, Francia, el 7 de enero de 1844.
La primera aparición fue el 11 de febrero de 1858. Bernardita tenía 14 años, estaba acompañada de su hermana y de una amiga.
Camino al río Gave, pasó por una gruta natural donde Bernardita escuchó un murmullo y dividió la figura de una joven vestida con una túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se consiguieron y consiguieron rezar juntas, y luego desaparecieron.
Durante cinco meses la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero solo Bernardita la podía ver y escuchar.
El 25 de marzo, Bernardita le pregunta varias veces: Señora, ¿quiere decirme su nombre? La Virgen sonríe y al fin, ante la continua insistencia de la niña, eleva sus manos y sus ojos hacia el cielo y exclama: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
Bernardita fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles del pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el pedido especial que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.
Luego de la última aparición ocurrió el 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, Bernardita ingresó a la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers, a la edad de 22 años, y hubo allí hasta su muerte a los 34 años.

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Oraciones

Oración a la Virgen Inmaculada de Lourdes
Virgen Inmaculada de Lourdes, en medio de tus días gloriosos no olvides las tristezas de la tierra. Mira bondadosamente a los que sufren, a los que luchan contra tantas dificultades, a los amargados y angustiados de la vida. Ten piedad de los que se aman y estan separados; ten piedad de la soledad del corazón, ten piedad de la debilidad de nuestra fe; ten piedad de los que amamos; ten piedad de los que lloran, de los que ruegan, de los que vacilan. Danos a todos la esperanza y la paz. Amén.


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