El santuario de Nuestra Señora de Aránzazu está situado en el municipio de Oñate en el País Vasco, España. Según la leyenda de su aparición tiene origen en 1468, cuando un pastor, Rodrigo de Balzategui, encontró una imagen de la Virgen María con el Hijo en sus brazos sobre un espino, junto a un cencerro.Su nombre responde a que el pastor, al encontrarse con la imagen exclamó: Arantzan zu!que significa en vasco ¡Tú en el espino!La imagen de la Virgen de Aránzazu es una talla en piedra de perfil gótico de diseño simple.En la mano derecha tiene una bola que simboliza el globo del mundo y con la izquierda sostiene al niño que se sienta en la pierna del mismo lado algo sentado.Mide 36 cm y pesa 9 kg. Describe el rostro de la imagen como el de una «aldeana sana de ancho cuello y generoso pecho».El niño no está tan bien trabajado como la figura principal;tiene un aire bizantino y lleva un fruto en su mano izquierda.Complemento esencial de la imagen de la Virgen de Aránzazu es la campana, a manera de gran cencerro, con que la halló el pastor.Ambas piezas, la imagen y la campana, se han conservado hasta el presente.
En Argentina hay dos parroquias bajo esta advocación, una está situada en San Fernando, Provincia de Buenos Aires. La otra está situada en Victoria (Obispado de Gualeguaychú), Provincia de Entre Ríos.
También se venera en San Mateo, provincia de Rizal (Filipinas). La historia de Nuestra Señora de Aránzazu en la región data de 1705 cuando un sacerdote jesuita llevó la devoción a esta Virgen desde España. La imagen es conocida por su postura controvertida; Mientras que la estatua original, ubicada en el Santuario de Aránzazu, se encuentra sentada, la venerada en San Mateo se encuentra de pie. En 2012, la diócesis de Antipolo, por decisión del obispo, resolvió la controversia existente, permaneciendo la imagen de San Mateo en la misma postura en base a las costumbres locales y al deseo de los devotos. Aquí es patrona contra desastres naturales y calamidades.
Que nos haga capaz de buscar la plenitud de la vida que se da dándonos, con entusiasmo y sin retazos. Y que nos regale un corazón solidario que atiende a aquellos que más necesitan de nosotros y de tu Hijo Jesús.Amén.
y en tu poder voy confiado
pues yendo de Ti amparado,
mi alma volverá segura.
Dulce Madre no te alejes;
tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partes,
y nunca solo me dejes;
y ya que me protege tanto
como verdadera Madre,
has que me bendiga el Padre,
Amén.