La imagen de la Santísima Virgen María se encontraba en una
capilla lateral de la Catedral de Sevilla-España. Esta Catedral fue
reconstruida en el siglo XIV, pero se conservó solamente la pared en donde
estaba la imagen, y se le llamó Santa María de la Antigua. En honor a esta
advocación Enciso y Balboa fundaron en 1510 la ciudad de Santa María de la
Antigua del Darién, cumpliendo una promesa pues ganaron la batalla, y dedicaron
a Santa María La Antigua la casa del Cacique Cémaco; ésta fue la primera capilla
dedicada a la Virgen María en Tierra Firme.
La ciudad de la Santa María de la Antigua fue sede de la
primera Diócesis en Tierra Firme creada por el Papa León X con bula del 9 de
Septiembre de 1513. En 1524 el segundo Obispo fray Vicente Peraza traslada la
sede de esta Diócesis a la recién fundada ciudad de Panamá.
La ciudad fue incendiada en 1671 y reedificada junto al
poblado de Ancón en 1673. La Patrona de la Catedral y de la Diócesis de Panamá
fue desde 1513 Santa María La Antigua.
El 9 de septiembre del 2000, Año Santo Jubilar, la
Conferencia Episcopal Panameña proclama oficialmente a Santa María La Antigua
como Patrona de la República de Panamá.
SANTA MARÍA LA ANTIGUA
Patrona de la República de Panamá
Fiesta 9 de septiembre
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Oraciones
Oración a Santa María La Antigua
Oh, Santa María la Antigua, Patrona de Panamá; Tú que conoces todas las luchas, anhelos, tristezas y alegrías de nuestro pueblo acompañándole con amor maternal, en esta etapa de la Nueva Evangelización, ponemos bajo tu amparo a nuestra Nación y a todos los que habitamos en ella, para que como Tú, podamos con fidelidad, entrega y amor cumplir la misión a la que hemos sido llamados como testigos y discípulos misioneros del Evangelio.
Te pedimos muy especialmente por nuestras familias, para que florezcan en ellas los valores que brillaron en la familia de Nazaret, en la que Tú resplandeciste como una Madre abnegada junto al Justo San José, cuidando ambos fiel y generosamente del Verbo de Dios que habitó entre nosotros.
Intercede por esta Iglesia panameña, para que surjan vocaciones a la vida presbiteral, a la vida consagrada y a la vida laical comprometida, de manera que nunca
falten el pan de la Palabra y de la Eucaristía, pues como dice el Evangelio: “la mies es mucha y los obreros pocos” (Lc. 10, 2).
Acuérdate de tus hijos (hágase una petición particular) quienes te aclamamos y confiamos en Ti, con la confianza de que intercedes por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.