SANTA RITA de CASIA

Patrona de los imposibles
Fiesta 22 de mayo

Breve historia

Nació en una pequeña aldea de Roccaporena, en Umbría (Italia) en 1371, Margarita Lotti, llamada en diminutivo “Rita”. Los padres, modestos campesinos y ganaderos, se esforzaron por darle una buena formación escolar y religiosa en la vecina Casia, donde la instrucción está a cargo de los frailes agustinos. 
Alrededor de 1385 se casó con Paolo di Ferdinando di Mancino. El marido de Rita se vio envuelto en conflictos y rivalidades políticas, son los rasgos que caracterizaron la sociedad de ese momento. Pero la joven esposa, con la oración, su llaneza y con la capacidad de pacificar aprendida de los padres, lo ayudó poco a poco a vivir una conducta más auténticamente cristiana. Con el amor, la comprensión y la paciencia, la relación de Rita y Paolo se convirtió en una unión fecunda, bendecida con la llegada de dos hijos varones: Giangiacomo y Paolo María. A este sereno hogar se contrapone sin embargo la espiral de odio de las facciones de la época. El esposo de Rita fue asesinado. Para evitar ver a los hijos empujados a la venganza, les esconde la camisa ensangrentada del padre. En su corazón, Rita perdonó a los que mataron a su marido, pero la familia de Mancino no se resignó desatando rencores y hostilidades. Rita no dejó de rezar para que no se derrame más sangre, e hizo de la oración, su arma y su consuelo. Una enfermedad provocó la muerte a Giangiacomo y Paolo María, y su único consuelo era pensar en la salvación de sus almas, que ya no estarían más expuestos al peligro de condena, en el clima de revancha suscitado por el asesinato del cónyuge.
Sola, Rita comienzó una vida de oración aún más intensa por sus queridos difuntos, pero también por la familia Mancino, para que perdonen y encuentren la paz.  A la edad de 36 años pidió ser admitida entre las monjas agustinas del Monasterio de Santa María Magdalena de Casia, pero su solicitud fue rechazada: las religiosas, tal vez temen que con el ingreso de Rita –viuda de un hombre asesinado– puedan poner en peligro la seguridad de su comunidad. Después de tantos obstáculos, por fin es admitida en el monasterio. A lo largo de los años, Rita se distingue como una religiosa humilde, que pone gran celo en la oración y en los trabajos que le son encomendados, capaz de frecuentes ayunos y penitencias. Sus virtudes se hacen conocidas incluso fuera de los muros del convento, sobre todo en lo que se refiere a las obras de caridad a las que se dedica Rita al lado de sus hermanas, que unen a la vida de oración, las visitas a los ancianos, el cuidado de los enfermos y la asistencia a los pobres.
Cada vez más inmersa en la contemplación de Cristo, Rita pidió poder participar en su Pasión, y en 1432, absorta en la oración, se encontró sobre la frente, la herida de la corona de espinas del Crucificado. El estigma, persistió hasta su muerte, durante 15 años. En el invierno que precede a su muerte, Rita enfermó y postrada en el lecho, le pidió a una prima que estaba de visita desde Roccaporena, que le trajera dos higos y una rosa del huerto de la casa paterna. Es el mes de enero, la mujer le sigue la corriente, pensando en el delirio de la enfermedad. Cuando regresó, encontró estupefacta, los higos y la rosa, y los llevó a Casia. Para Rita, fueron el signo de la bondad de Dios que ha acogido en el cielo a sus dos hijos y al esposo. Rita expiró la noche del 21 al 22 de mayo del año 1447. A causa del olor de santidad inmediatamente después de su muerte, el cuerpo nunca fue sepultado. Hoy día está custodiado por una urna de cristal. Rita supo florecer, a pesar de las espinas que la vida le tenía preparadas, ofreciendo el buen perfume de Cristo, y deshelando el gelido invierno de tantos corazones. Por esta razón, y en recuerdo del prodigio de Roccaporena, el símbolo de sus ritos es, por excelencia, la rosa. 

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Oraciones

Oración  a Santa Rita de Casia
Oh gloriosa Santa Rita, que fuiste prodigiosamente partícipe de la dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo, obtiéneme la gracia de sufrir con resignación las penas de esta vida y protégeme en todas mis necesidades.
-Padre Nuestro, Ave María y Gloria-
 
Súplica a Santa Rita para los días 22 de cada mes
Gloriosa Santa Rita, mi protectora y abogada, vengo a ti lleno de confianza a pedir tu protección. La cruz de la vida es muy pesada, y en mi camino no encuentro más que espinas y contrariedades.
¡Oh dulce esperanza de los necesitados! Dirige hacia mi alma una mirada de compasión y alcánzame de Dios una perfecta conformidad de su divina voluntad. Tu que tan milagrosamente participas de la dolorosa Pasión del Señor, llevando en tu frente una Espina de su Corona, haz que yo también lleves con resignación y alegría mi cruz diaria.
Yo, en cambio, te prometo imitar con todas mis fuerzas tus heroicas virtudes, para que un día goce de Dios en tu compañía en la Patria Celestial.
Dios mío, glorifica a tu sierva Santa Rita, concediéndome la gracia particular que te pido por su intercesión en esta súplica. Amén.
-Padre Nuestro, Ave María y Gloria-


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