SAN JOSÉ

Patrono de la Iglesia Universal,
de los trabajadores, de la buena muerte y
de varias comunidades religiosas
Fiestas  19 de marzo, Esposo de Santa María Virgen
1 de mayo, San José obrero

Breve historia

En la Solemnidad de San José, veneramos a este santo reconocido por su profunda fe y virtudes ejemplares. Esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús.  Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación. 
San José es cabeza de la Sagrada Familia. El hombre en quien Dios confió sus más valiosos tesoros. Esposo de María Santísima, padre virginal de Jesús. No hay en el cielo santo más grande después de su esposa, María.  La paternidad de San José alcanza no sólo a Jesús sino a la misma Iglesia, que continúa en la tierra la misión salvadora de Cristo. El Papa Juan XXIII incorporó su nombre al Canon Romano, para que todos los cristianos -en el momento en que Cristo se hace presente en el altar veneremos su memoria.
San José es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. José fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido" de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. 

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Oraciones

Oración de San Francisco de Sales a San José
Glorioso San José, esposo de la Virgen María, dispénsanos tu protección paterna. Nosotros te suplicamos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo.
Tú, cuya protección se extiende a todas las necesidades y sabe tornar posibles las cosas más imposibles, dirige tu mirada de padre sobre los intereses de tus hijos. Recurrimos a ti, con confianza en las angustias y penas que nos oprimen; dígnate tomar bajo tu caritativa protección este asunto importante y difícil que es la causa de nuestras inquietudes. Haz que su feliz desenlace sea para gloria de Dios y bien de sus amantes servidores. Amén.

Oración de los trabajadores del Papa San Juan XXIII
Oh San José, custodio de Jesús y esposo purísimo de María, que transcurriste la vida en el cumplimiento perfecto del deber, sustentado con el trabajo de tus manos la Sagrada Familia de Nazaret. Protégenos propicio; Nos dirigimos a ti en nuestra confianza. Tú conoces bien nuestras aspiraciones, nuestras angustias y esperanzas. A ti venimos porque estamos seguros de encontrar en ti quien nos protege. Tú también experimentas la fatiga y el cansancio; pero tu ánimo, remanso de paz profunda, exultó de gozo por la intimidad con el Hijo de Dios a ti confiado, y con María su Santísima Madre. Ayúdanos a comprender que no estamos solos en nuestros trabajos, a saber descubrir junto a nosotros a Cristo, a darle nuestra acogida a sus gracia, ya custodiarla fielmente como lo hiciste tú.
Concédenos que en nuestra familia todo queda santificado en la caridad, en la paciencia, en la justicia y en la búsqueda del bien. Amén.


plegaria cotidiana
Te saludo, oh glorioso San José, padre adoptivo de Jesucristo y verdadero esposo de María Virgen; a ti te suplico por los siete dolores y los siete gozos para que vengas en mi ayuda en todos los momentos de mi vida. Ruega por mí ahora y siempre, sobre todo intercede por mí y por todos mis seres queridos en la hora de la muerte.
Santísima Trinidad, te adoro y te agradezco por haberme dado a San José como protector y modelo de virtud en la vida y en la muerte.
Oh querido San José, por el sueño sereno que Jesús tenía entre tus brazos, te ruego que santifiques mi sueño, aleja de nuestras habitaciones las insidias del demonio, envía los Ángeles del Señor, para que me custodien en la paz y sea vencido el pecado, causa de la muerte.
En las manos de Jesús, de María y tuyas, encomiendo mi alma. No permitas, oh San José, que mi muerte sea repentina, sino preparado con la gracia de los sacramentos, para que duerma con el beso del Señor y la muerte de los justos.

Oración de Santa Teresa
Dios Todopoderoso y lleno de misericordia, que distes a la Virgen María, vuestra Santísima Madre, por esposo, al hombre justo, el bienaventurado José, hijo de David, y lo elegiste por vuestro padre nutricio, concede a vuestra Iglesia, por las oraciones y los méritos de este gran santo, la paz y la tranquilidad, y otórganos la gracia de gozar un día de la felicidad de verlo eternamente en el cielo; vos que, siendo Dios vivís y reinás con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de la mañana
Glorioso San José, todopoderoso cerca de los Corazones de Jesús y María concédenos tu protección al comenzar este día, a fin de que, cuando venga la noche, dirijamos con un corazón puro nuestras acciones de gracias a la Divina Majestad. Recuerda que fuiste en la tierra el jefe de la Sagrada Familia, alcanza el pan para los que tienen hambre, un techo para los que carecen de él, la paz y la prosperidad para los que te invocan. Acuérdate también de que sos el Patrono de la Iglesia Católica. Que, por tu intercesión de nuestro Papa, nuestros cardenales, nuestros obispos, que todos aquellos que sirven a la causa de Pedro, se beneficien con las gracias que necesitan en el cumplimiento de su misión. Amén.

Oración a San José
Glorioso Patriarca San José, así como cuidaste a María ya Jesús, custodia muy especialmente a quienes se están preparando para el ministerio sacerdotal: que crezcan en gracia y santidad. Intercede para que haya abundantes y santas vocaciones en la Iglesia. Ponemos bajo tu protección las necesidades de nuestros obispos, sacerdotes, consagrados y laicos. Contamos con tu ayuda en las dificultades presentes. Que tu espíritu atento, de paz, de justicia y de trabajo honrado, ilumine los valores de nuestra Patria.
Bienaventurado Padre San José, hoy existen suficientes motivos para encomendarnos a tu poderosa intercesión. Y ya que todo lo consigues cerca de Jesús y de María, muestra que tu bondad iguala a tu poder. Ampáranos con tu auxilio paterno y bendícenos. Amén .


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