Fiesta 21 de enero
Son numerosas las primacias de la República Dominicana. Fue en esta tierra del Nuevo Mundo donde se plantó la primera cruz, donde se celebró la primera misa, donde se recitó la primera Avemaría, y de donde partió la irradiación de la fe a las otras islas cercanas, para de ahí extenderse a tierra firme. . Sobre el origen de la Imagen de Nuestra Señora de Altagracia existen diversas versiones, pero todas ellas se basan en milagros semejantes.
Una de ellas cuenta que un colonizador vivía con su familia en una de las islas, y que acostumbraba a hacer viajes para vender su ganado. En una ocasión cada una de sus dos hijas le hizo un encargo; la mayor le pidió vestidos, cintas y encajes, mientras que la menor, que era más inclinada hacia las prácticas religiosas, le pidió una imagen de la Virgen de Altagracia. El hombre se sorprendió, pues nunca había escuchado tal advocación, pero ella le aseguró que la encontraría. Al término del viaje, y ya de regreso, el hombre pernoctó en casa de un viejo amigo, y le comentó mientras cenaban cuán desilusionado estaba porque sólo había podido conseguir lo que la hija mayor le había pedido, a pesar de haber buscado insistentemente la imagen. de la Virgen de Altagracia, la cual parecía no existir. Al oír aquel comentario, un anciano que había pedido pasar la noche en la misma casa, y que estaba sentado en un rincón, se levantó y le dijo que sí existía la Virgen de Altagracia y que él llevaba su imagen. Sacó de su alforja un pergamino que tenía las imágenes de la Santísima Virgen María adorando al Niño Jesús, recostado en una cuna a sus pies, y de San José al fondo.
Los numerosos milagros de la imagen hicieron que ésta se volviera el centro de la devoción de la isla, y así surgió la necesidad de construir un santuario, el cual fue hecho de paja, al igual que las demás iglesias circunvecinas, anexo a la parroquia de la villa. Desde el año 1502 se le rinde culto y tiene el privilegio especial de haber sido coronada dos veces. El 15 de agosto de 1922, en el ponificado de Pío XI y por el Santo Padre Juan Pablo II, quien durante su visita a la isla de Santo Domingo el 25 de enero de 1979, coronó personalmente la imagen con una diadema de plata sobredorada, regalo personal suyo a la Virgen, primera evangelizadora de las Américas. Juan Pablo II, también visitó a la Virgen en su Basílica en Higuey, Provincia de la Altagracia, en la República Dominicana.
Oración a la Virgen de la Altagracia