Santa Lucía (Siracusa, 283- Siracusa, 304) fue una mártir cristiana de origen siciliano, que padeció el martirio durante la persecución de Diocleciano. De padres nobles y ricos, fue educada en la fe cristiana. Perdió a su padre durante la infancia y se consagró a Dios siendo muy joven. Sin embargo, mantuvo en secreto su voto de virginidad, de suerte que su madre, que se llamaba Eutiquia, la exhortó a contraer matrimonio con un joven pagano. Lucía persuadió a su madre de que fuese a Catania a orar ante la tumba de Santa Ágata para obtener la curación de unas hemorragias. Ella misma acompañó a su madre, y Dios escuchó sus oraciones. Entonces, la santa dijo a su madre que deseaba consagrarse a Dios y repartir su fortuna entre los pobres. Llena de gratitud por el favor del cielo, Eutiquia le dio permiso. El pretendiente de Lucía se indignó profundamente y delató a la joven como cristiana ante el procónsul Pascasio. La persecución de Diocleciano estaba entonces en todo su furor. El juez la presionó cuanto pudo para convencerla a que apostatara de la fe cristiana. Ella le respondió: "Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor a mi Señor Jesucristo".
Entonces, los guardias trataron de quemarla en la hoguera, pero también fracasaron. Finalmente, la decapitaron. Pero aún con la garganta cortada, la joven siguió exhortando a los fieles para que antepusieran los deberes con Dios a los de las criaturas, hasta cuando los compañeros de fe, que estaban a su alrededor, sellaron su conmovedor testimonio con la palabra "amén".
SANTA LUCIA, Virgen y Mártir
Patrona de los pobres, ciegos, Oftalmólogos
Fiesta 16 de diciembre
Breve historia
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Oraciones
Oración a Santa Lucía
Oh bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía, reconocida por el pueblo cristiano como poderosa abogada de la vista; llenos de confianza te pedimos que nuestra vista se mantenga sana y que el uso que hagamos de nuestros ojos sea siempre para bien de nuestra alma, sin que turben jamás nuestra mente objetos o espectáculos peligrosos, y que todo lo sagrado o religioso que ellos vean se conviértete en saludable y valioso motivo de amar cada día más a nuestro Creador y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión. ¡Oh protectora nuestra, esperamos ver y amar eternamente en la Patria Celestial! Amén.