NUESTRA SEÑORA del CARMEN

Patrona de los marineros, Patrona de Formosa (Argentina)
Fiesta 16 de julio

Breve historia de la advocación

Desde muy antiguo los carmelitas, que habitaban el monte Carmelo, le rindieron culto a la Virgen Inmaculada.
En 1251 era Prior General de los carmelitas el inglés San Simón Stock, quien oraba con insistencia a la Patrona de la Orden, suplicando que les concediera algún privilegio. Y con infinita ternura rezaba con estas palabras:
"Flor del Carmelo, Viña florida, esplendor del cielo, Virgen y Madre singular, Madre dulcícima, y ​​Virgen intacta, a tus carmelitas concédeles ya algún privilegio, Estrella del mar".
Cuando de pronto, se transforma la celda del carmelita. Se vio inundación de resplandores celestiales y poblada de ángeles. Y apareció allí la Reina del Carmelo, llevando en sus manos al Escapulario de la orden. Ese era el ansiado privilegio pedido por el santo. Era el 16 de julio de 1251.
La Virgen le dijo: "Este, será para tí y para todos los Carmelitas un privilegio. El que muera con él no sufrirá la condena eterna; es decir, el que muera con él se salvará".
Desde ese momento comienza María a obar milagros por medio del santo escapulario ya propagarse entre todos los fieles cristianos como signo de protección y consagración mariana.
El escapulario debe ayudarnos a vivir nuestra total consagración a Jesús por María en su servicio y en su presencia, en su unión e imitación. La imposición del escapulario constituye, por lo tanto, el acto más elocuente de nuestra consagración a la Santísima Virgen María.
La Iglesia ha hecho suya esta devoción para consagrar oficialmente a todo hombre a María desde el principio de su vida. Y esta devoción se ha mantenido viva entre las familias cristianas ya que su acción llega en el momento más difícil de la vida, en el momento de la muerte, prolongando su acción hasta el mismo purgatorio, de donde saca a las almas que le fueron devotas. . . 
y vistieron en vida el santo escapulario. Estas son sus mejores credenciales: "En la vida protejo, en la muerte ayudo y después de la muerte salvo".

EL ESCAPULARIO, signo de pertenencia a una orden
El Escapulario en su origen era un delantal que los frailes vestían sobre el hábito religoso durante el trabajo manual. Con el tiempo demostró el significado simbólico de querer llevar la cruz de cada día. En algunas Ordenes religiosas se convirtieron en el signo de la decisión de vivir la vida como siervos de Cristo y de María.
Las Ordenes religiosas trataron de dar a los laicos un signo de afiliación y de participación en su espiritualidad y carisma, mediante el uso de alguna parte del hábito religioso. Entre los Carmelitas se inició el Escapulario, en forma reducida, como expresión de pertenencias a la Orden y de compartir su devoción mariana.
 
El primer escapulario es el único que debe ser bendecido e impuesto por un sacerdote; su reemplazo puede hacerlo uno mismo. Los excluidos en los hospitales, pueden imponerse a sí mismo el Escapulario, bendecido de antemano, rezando una oración a la Santísima Virgen. El que recibe el Escapulario debe llevarlo siempre puesto de modo que cuelgue sobre el pecho y la espalda.
La Medalla Escapulario está autorizada a reemplazar al de tela con tal de que ésta lleve de un lado la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y del otro la imagen de la Santísima Virgen María. Pero la imposición debe realizarse con el Escapulario de tela.

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Oraciones

ACTO DE CONSAGRACIÓN
MARÍA, por ser la predilecta del Padre.
Por haber realizado en Tí, el Espíritu Santo, la encarnación de la Palabra.
Por ser ejemplo de la Iglesia, en la que, después de Cristo, ocupas el lugar más alto ya la vez más próximo a nosotros.
Por ser reconocida como Madre de Dios, Madre de Cristo y Madre de los hombres.
Porque todos los creyentes te llaman bienaventurada.
Por tenernos en tu Escapulario un signo de tu protección y unión al Salvador, y un programa de imitación de tus virtudes.
Porque en tu promesa nos ofrece ayuda en los peligros del cuerpo y del espíritu.
Acudo a ti, mediadora universal entre Dios y los hombres y me consagro a honrarte especialmente bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, en obsequio de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


oración
Virgen del Carmen, Madre de nuestro barrio.
En tus manos están nuestras vidas.
Cuida la fe de tu pueblo, acrecienta su esperanza, fortalece el amor.
Bajo tu amparo descansan los más pobres y enfermos,
los que están solos y tristes.
Dales tu ternura y tu consuelo.
Madre queremos anunciar que tu Hijo Jesús está vivo.
Peregrina con nosotros, Misionera de la Iglesia.
Virgen del Carmen estamos a tus pies, somos tus hijos.

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