VIRGEN de la SONRISA

Protectora de los que sufren tristeza y depresión.
Fiesta 13 de mayo

Breve historia de la advocación

Santa Teresa del Niño Jesús  nació en la ciudad francesa de Alençon, el 2 de enero de 1873 y falleció a los 24 años. En 1925 el Papa Pío XI la canonizó, proclamándola, después,  Patrona Universal de las Misiones .
Cuenta su biografía que en diciembre de 1882, su salud comenzó a empeorar de manera extraña: sufría continuamente de dolores de cabeza, comía poco y dormía mal. Su carácter también cambió irritándose y discutiendo con sus hermanas. Ese mismo año el médico Alphonse H. Notta diagnosticó la enfermedad de Teresita como una reacción a una frustración emocional con ataque neurótico.
El 13 de mayo de 1883, el día de Pentecostés, su familia apeló a su fe para intentar aliviar el padecimiento de la niña. Le acercaron a su cama una imagen de  Nuestra Señora de las Victorias  que el papá de Teresita, Luis Martín, tenía desde antes de casarse y que pertenecía a su familia. Teresita se sintió abrumada por la belleza de la Virgen, y especialmente por su sonrisa:  “La Santísima Virgen me ha sonreído. ¡Qué feliz soy!»  dicen que dijo. En ese momento, la paciente se estabilizó delante de sus hermanas y su padre que quedaron atónitos.
Al día siguiente, todos los rastros de la enfermedad desaparecieron. Desde ese momento nació la advocación a  Nuestra Señora de la Sonrisa . La Virgen ayuda a los afligidos por la pena, la enfermedad y la depresión, intercediendo por aquellos que las padecen.

(Haga clic en la imagen para ampliar y descargar)


Oraciones

Oración a la Virgen de la Sonrisa
Virgen de la Sonrisa, Madre de la alegría.
Vengo a ponerme delante de tus ojos buenos. Necesito esa luz de tus ojos serenos y esa esperanza de tu rostro amable. Te doy gracias María, porque estás a mi lado en todos los momentos. Cuando sufro, tengo tu alivio. Cuando estoy feliz, compartes mi gozo. Vengo a buscar tu ayuda de Madre para mí y para todos mis seres queridos. 
(Pedir con humildad y confianza la gracia que se quiere obtener)
Te pido que hagas nacer en nosotros a Jesús. Así podremos vivir con alegría, y saldremos adelante en medio de las dificultades de la vida.
Danos fortaleza, paciencia, valentía, y mucha esperanza para seguir caminando.
Madre de la alegría, derrama tu consuelo en todos los que están tristes y cansados, deprimidos y desalentados.
Que la hermosura de tu rostro, llena de fuerza y ​​de ternura, nos llena a todos de confianza, porque comprendes lo que nos pasa y somos valiosos para tu corazón materno. Amén.

Otra oración
Madre mía, Virgencita, apiádate de mi que estoy deprimido, afligido, triste y me siento solo. Virgen de la Sonrisa, devuélveme el ánimo, las ganas de vivir y la esperanza.
Ayúdame en éste momento de depresión en el cual no siento ganas de vivir y de seguir luchando. Así como ayudaste a Santa Teresita a liberarse de la depresión y la tristeza, alcánzame el consuelo de tu Hijo jesús, y sáname de ésta enfermedad.

(hacer la petición deseada)
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Oremos: Virgen de la Sonrisa, Madre de Jesús y Madre mía, tú que fuiste la intercesora ante Tu Hijo durante la depresión de Teresita y le concediste la gracia de la sanación, intercede por mí y por todos los que sufrimos enfermedad del alma y de la psiquis, para que el Señor nos conceda la salud que tanto esperamos. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.


Otras imágenes 

 

NUESTRA SEÑORA del BUEN VIAJE

Patrona de la Diócesis de Morón, Argentina
Fiesta 5 de octubre

Breve historia de la advocación

A comienzos del siglo XVII, como defensa contra las depredaciones de los indios, se levantaron varios fortines rodeando Buenos Aires, uno de los cuales se ubicó sobre una loma en donde hoy se alza la ciudad de Morón. Más tarde, por ser paso obligado hacia el norte y el oeste, se instaló en las cercanías una posta, erigiéndose un pequeño oratorio dedicado a la Inmaculada Concepción. Allí, se postraban a orar los viajeros al marchar hacia las, por entonces, inhóspitas regiones; y en actitud de agradecimiento, al regresar de ellas. Luego, los Jesuitas, que tenían por Patrona a la Virgen Viajera de Loreto, llevaron al lugar su culto, con la denominación de Nuestra Señora de Loreto o del Buen Viaje, instalando en la humilde Capillita una imagen labrada por los Padres de la Compañía, que es la misma que hoy se venera en la Catedral de Morón.
Por 1727, Don Francisco de Merlo hizo levantar en su hacienda de aquel pago, un oratorio para uso de su familia y sus colonos, dedicándoselo a Nuestra Señora de la Concepción del Camino. Tres años después, el Cabildo Eclesiástico dispuso construir seis Parroquias, una de ellas en el pago de La Matanza. Merlo fue llamado por el gobernador Zabala, quien le pidió el oratorio para tal fin, pero como Don Francisco pensaba donarlo a la Orden de la Merced, lo prestó por unos años. Aquel plazo se prolongó considerablemente. Recién en 1776 fue inaugurada la nueva Iglesia, en el mismo lugar que ocupaba el Fortín, y en la que se entronizó la antigua imagen de Nuestra Señora del Buen Viaje.
Con el tiempo, por el camino real, el tránsito había ido intensificándose mucho, y paralelamente, la población del lugar registraba constante aumento. En 1812, de paso para hacerse cargo del ejército del norte, Belgrano se detuvo allí a orar. E igualmente, en 1824, postrado ante la santa imagen, en un alto del camino hacia Chile, oró Juan Mastai Ferretti, quien llegaría a ser el Papa Pío IX.

(Clickear en la imagen para ampliar y descargar)


Oraciones

Oración a Nuestra Señora del Buen Viaje
Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Señora del Buen Viaje protege a tus hijos en el viaje de esta vida a la Patria eterna.
Ayúdanos a ser fieles. Tú, que fuiste la siempre fiel, intercede por nosotros para que no retrocedamos nunca ante los inconvenientes del camino. Enséñanos a ser discípulos de Tu hijo en la humildad, en la pobreza, y en el abandono a la Voluntad del Padre.
Nuestra Señora del Buen Viaje, patrona de la Diócesis de Morón, ayúdanos a que como pueblo de Dios sintiéndonos Iglesia, podamos caminar confiados al encuentro del Padre. Amén.
Mons. Justo O. Laguna

NUESTRA SEÑORA de CHIQUINQUIRÁ

Patrona de Colombia
Fiesta 9 de julio

Breve historia de la advocación

Sobre una rústica tela de algodón de procedencia indígena, el artista Alonso de Narváez pintó una imagen de la Virgen del Rosario. Como el lienzo era casi cuadrado (44 pulgadas de alto por 49 de ancho), el artista balanceó y compuso el espacio agregando, a los lados de la Virgen del Rosario, las imágenes de san Antonio de Padua y de san Andrés apóstol.
En 1562 el cuadro fue colocado en una capilla techada de paja en la que se filtraba la lluvia y con ella la humedad del ambiente. Esto, unido a la acción del aire y el sol dejaron la pintura en tan mal estado que muy pronto era ya imposible reconocer lo que había sido pintado en ella. En 1577 la deteriorada imagen fue llevada al sitio de Chiquinquirá y abandonada en el cuarto que tiempo atrás sirviera de oratorio a la familia. Ocho años más tarde llegó a este lugar María Ramos, una piadosa sevillana, quien después de arreglar y limpiar la modesta capilla colocada en ella el borroso lienzo que un día llevara la imagen de la Virgen del Rosario. El viernes 26 de diciembre de 1586 la imagen recobró prodigiosamente su color y su brillo original en una restauración instantánea, que cerró los rasguños y agujeros de la tela cubriéndolos de luz y color.
La Virgen del Rosario que ocupa el centro del cuadro mide aproximadamente un metro de alto; su mirada se vuelve hacia la izquierda, desviando la atención hacia el Niño casi desnudo que lleva en sus brazos. Es una imagen serena cuya delicada sonrisa irradia gran dulzura. El color de su rostro es pálido, lo mismo que el del Niño. Curiosamente, éste lleva en la mano derecha un pajarito de vivo plumaje que un cordel sujeta a su dedo pulgar y de la mano izquierda deja colgar un pequeño rosario.
Al lienzo se le han superpuesto dos coronas, un cetro, dos rosarios y 27 escudos de oro que dan un hermoso relieve al cuadro, cuyo marco, formado por semicircunferencias de plata, porta las insignias de la condecoración presidencial. Durante trescientos años el cuadro de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá se presentó a los fieles sin protección alguna, contándose por millares los objetos que anualmente tocaban la endeble tela de algodón. Los devotos usaban largas varas o cañas para hacer llegar hasta el bendito lienzo diversos objetos de devoción. Es algo realmente admirable que la tela se conserve intacta, a pesar de que tanta manipulación, por fuerza debió haber destruido totalmente el frágil tejido de algodón.
El Papa Pío VII la declaró patrona de Colombia en 1829, concediéndole fiesta litúrgica propia. "La Chinita" como la llama de su pueblo, fue coronada canónicamente en 1919 y su santuario declarado Basílica en 1927.

(Haga clic en la imagen para ampliar y descargar)


Oraciones

Oración a Nuestra Señora de Chiquinquirá

Ruego por nosotros ahora. Concédenos el don inestimable de la paz, la superación de todos los odios, rencores y la reconciliación de todos los hermanos. Que cese la violencia, que progrese y se consolide el diálogo y se inaugure una convivencia pacífica.
Que se abran nuevos caminos de justicia y de prosperidad. Te lo pedimos a ti, a quien invocamos como Reina de la Paz. Sé para nosotros puerta del cielo, vida, dulzura y esperanza, para que juntos podamos contigo glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.

Otra oración

¡Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá! Madre de Dios,
Reina de los   ángeles, abogada de los pecadores, refugio
y consuelo de los afligidos y   atribulados.
Virgen Santísima, llena de poder y de bondad, lanzó sobre nosotros
una mirada favorable para que seamos socorridos por Vos
en todas las necesidades   que nos encontramos.
Acordaos, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!, que
nunca se oyó decir que alguien que haya recurrido a Vos,
invocado vuestro  santísimo nombre, e implorado vuestra singular protección,
Fuese por Vos.  abandonado. Animados con esta confianza, a Vos recurrimos.
Os tomamos desde hoy   y para siempre por Madre nuestra,
nuestra protectora, consuelo y guía,
esperanza   y luz en la hora de la muerte. 
Libradnos de todo aquello que pueda ofenderos.
ya  vuestro Santísimo Hijo, Jesús.
Preservadnos de todos los peligros del alma.
y del   cuerpo; dirigidnos en todos los negocios espirituales y temporales;
libradnos de   la tentación del demonio, para que andando
por el camino de la virtud, podemos  un día veros y amaros
en la eterna gloria, por todos los siglos de los siglos. Amén.


Otras imágenes